El cerebro juega un papel crucial en la sensación de dolor, ya que es el que lo produce. Sin embargo, el cerebro en sí no puede sentirlo, por eso es importante conocer la biología del dolor para comprender qué es lo que pasa en realidad.
El dolor funciona como un sistema de advertencia: nos avisa que estamos haciendo algo perjudicial y dañino, y espera una reacción para solucionar el problema.
En ese sentido, el dolor de cabeza no es distinto a los demás. Puede ser más o menos agudo, puede desaparecer con un analgésico u obligarnos a quedarnos a oscuras en la cama si se trata de una migraña, pero el mecanismo es igual.
Sin embargo, si bien el cerebro es el órgano que produce el dolor, es incapaz de sentirlo. El cerebro juega un papel crucial en la sensación de dolor, ya que es el que lo produce. Dentro de los mecanismos que hacen que el cerebro genere dicho dolor hay un protagonista clave: los nociceptores. Se trata de unas terminaciones nerviosas que se encuentran en la piel, en las articulaciones y en algunos órganos internos. Son los receptores del dolor y se encuentran en concentraciones variadas por todo el cuerpo. Su función es detectar las variaciones físicas, químicas o térmicas que podrían destruir nuestros tejidos. Los nociceptores tienen un cierto umbral de resistencia al dolor, pero cuando se los somete a estímulos lo suficientemente intensos, envían impulsos hacia la médula espinal y, de ahí, viajan al cerebro. En ese punto, el cerebro analiza los datos que recibe y, mezclándolos con otros factores (como la experiencia y el aprendizaje), gestiona las señales para ordenar una respuesta o para ignorarlas. Es decir: decide si produce dolor o no. Sin embargo, el cerebro en sí no puede sentirlo porque, sencillamente, carece de estos receptores.
Entonces, ¿cómo se explica el dolor de cabeza?
La respuesta es que, aunque el cerebro no puede sentir dolor al no tener receptores, las estructuras de su alrededor sí pueden. Se trata, por ejemplo, de las meninges, los tejidos nerviosos, los vasos sanguíneos y los músculos del cuello. La presión o las alteraciones en estas estructuras activan los receptores del dolor, que mandan las señales al cerebro, el encargado de interpretar y experimentar todas nuestras sensaciones corporales.
Entonces, ¿cómo se explica el dolor de cabeza?
Esto se puede entender mejor con dos ejemplos cotidianos: El primero es el dolor de cabeza que algunas personas sienten tras haber comido helado o algo muy frío. En ese caso, el dolor puede deberse a la alteración del flujo sanguíneo de las venas que se encuentran entre la parte posterior de la garganta y el cerebro. Respecto al dolor de cabeza que va asociado a la resaca, puede deberse a la deshidratación provocada por el consumo de alcohol, que irrita los vasos sanguíneos de la cabeza.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-47199206. Información proveniente de: Redacción / BBC News Mundo / 11 febrero 2019